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Biblia y Tradición, Mantener la Tradición

Tradición

El Catolicismo y el Protestantismo difieren fundamentalmente en consideración a la relación entre la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición: La Biblia en una mano, y las doctrinas históricas y los dogmas en la otra. El Protestantismo tiende a ver una cierta dicotomía, o línea divisoria, entre la pura Palabra de Dios en la Biblia y la Tradición de la Iglesia Católica, la cual se considera que está demasiado corrupta por “arbitrarias tradiciones de hombres” (en este sentido se citad Mateo 15:3-6, Marcos 7:8-13, y Colosenses 2:8) (1). Para los Protestantes, sólo la Escritura (o, como clamaban los Reformadores, sola Scriptura) es el origen y la regla de la fe cristiana. De esta manera, es superior a, y juzga toda Tradición. Es suficiente en y por sí misma para darnos una completa exposición del cristianismo y para la consecución de la salvación. (2)

Debe ser tenido en cuenta que el concepto del sola Scriptura no está en principio opuesto a la importancia y validez de la historia de la Iglesia, la Tradición, los Concilios ecuménicos, o la autoridad de los Padres de la Iglesia y destacados teólogos. La diferencia reside en la relativa posición de autoridad mantenida por la Escritura y las instituciones y decretos de la Iglesia. En teoría, la Biblia juzga todo lo demás, ya que, para el Protestante evangélico, sólo ella es infalible y la Iglesia, los Papas y los Concilios no lo son. (3)

En la actualidad, sin embargo, esta creencia no ha conducido a una uniformidad doctrinal, tal y como la historia del sectarismo protestante testifica abundantemente. La prevalencia del sola Scriptura, de acuerdo al pensamiento católico, ha facilitado una extendidísima ignorancia y desprecio de la historia de la Iglesia entre los protestantes de a pie. (4) El Protestantismo está claramente mucho menos orientado históricamente que el Catolicismo, mayormente debido a las razones arriba citadas. Recientemente, varios eruditos protestantes han criticado con franqueza la debilidad de cualquiera de los dos conceptos, sea el sola Scriptura, o también la versión extrema de lo que podría ser llamado únicamente la Biblia (virtualmente una total exclusión de la historia y la autoridad de la Iglesia). (6)

Mientras que el Protestantismo se acerca a este tema y a otras muchas ideas teológicas con una actitud de “o esto o lo otro”, el Catolicismo tiene una perspectiva de “esto y lo otro”. De esta manera, Escritura y Tradición están inextricablemente unidas: las dos caras de la misma moneda de la revelación. (7)

La Tradición se define como la transmisión de creencias y prácticas tanto por escrito como por medios orales. (8) La Biblia es parte de una Tradición que es más grande que ella misma, de la cual es, si se puede decir así, una encapsulación o cristalización. Los primeros cristianos predicaron; ellos no repartían Nuevos Testamentos (la mayor parte del NT todavía no había sido escrito, y mucho menos establecido en su forma final). El Catolicismo afirma que su Tradición es ni más ni menos que la conservación de la enseñanza de Cristo tal y como fue revelada y proclamada por los Apóstoles. Existe un desarrollo, pero sólo en el sentido de un aumento del entendimiento que no en la esencia, de esta Tradición apostólica. El Catolicismo afirma ser el guardián y custodio del depósito original de la fe la cual fue una vez entregada a los santos (Judas 3).(10)

Debe anotarse también que la palabra escrita y la masa enorme de literatura ha sido extendida ampliamente sólo desde la invención de la imprenta alrededor del 1440. De ese modo, esa palabra escrita no pudo haber sido la principal transmisora del evangelio durante al menos catorce siglos. Los cristianos anteriores en el tiempo a la Reforma Protestante aprendieron sobre todo a través de las homilías, los sacramentos, la liturgia y su calendario anual, las fiestas cristianas, las prácticas devocionales, instrucción familiar, arquitectura eclesial y otro tipo de arte sagrado que reflejaba temas bíblicos. Para todos esos creyentes, el sola Scriptura hubiera sido a simple vista una absurda abstracción de imposible puesta en práctica

Evidencia en el Nuevo Testamento sobre la Tradición

La Tradición, incluso en el amplio sentido Católico, impregna la Escritura. Solo un prejuicio previo contra tal noción o una indebida fijación en el rechazo por parte de Cristo de lo corrupto, tradiciones humanas farisaicas, podría cegar a alguien ante la considerable fuerza de los datos escriturales. Dicho de otra forma, la Escritura no enseña el sola Scriptura, un concepto que se basa en el uso de un documento (la Biblia) contrariamente a lo que el propio documento testimonia explícita e implícitamente. O, para expresarlo incluso de otra manera, La Escritura sólo debería llevar al buscador imparcial hacia la Tradición y la Iglesia, más que a un menosprecio de esa Tradición. G.K Chesterton llamo a la Tradición la “democracia de los muertos”. Es absurdo para cualquier cristiano el deseñar lo que Dios ha enseñado a millones de otros cristianos a lo largo de los siglos

Debemos procurar evitar lo más posible el acercarnos a la Escritura con una filosofía que no es bíblica en sí misma , y no forzar la Escritura (y al Cristianismo) en nuestro propio molde. La mismísima Biblia tiene mucho que decir acerca del vis-a-vis entre su propia autoridad y la de la Tradición y la Iglesia.

En la Biblia NO está incluido todo

En el Nuevo Testamento, lo primero de todo, encontramos un testimonio bien claro del hecho de que la Escritura no contiene al completo la enseñanza de Cristo. Presumiblemente nadie negaría esto, pero los Protestantes acostumbran a negar que cualquiera de Sus enseñanzas no recogidas en la Escritura podrían haber sido fielmente transmitidas oralmente por la primitiva tradición apostólica. La reflexión sobre la cercanía de Jesús a sus discípulos y sobre la naturaleza de las relaciones humanas y la memoria hace bastante dudosa semejante idea fantasiosa. ¿Quién podría hacer la afirmación de que los apóstoles no recordaban (ni comunicaban a otros) absolutamente nada a excepción de lo que tenemos en los cuatro Evangelios?

Uno puede comparar la Biblia con la Constitución de su país, la cual no es ajena a las leyes constitucionales que derivan de ella ni es posible que sea puesta en práctica sin unos jueces que la interpreten. La analogía no es perfecta pero nos sirve para hacernos una idea del asunto.

Ninguno de los comentarios en este capítulo, esto debe quedar bien claro, tiene la intención de denigrar la Escritura sino más bien situarla en su contexto adecuado dentro de la comunidad cristiana viva (la Iglesia) y aceptarla en sus propios términos. Parece que en cualquier momento en que el Católico argumenta que la Biblia no es el todo y el fin de la fe cristiana, es acusado de desprecia la Palabra de Dios, de etc, etc. Esta es una de las más desafortunadas y falsas dicotomías protestantes, la cual será disipada en el curso de nuestro examen de la Escritura.

Marcos 4:33 Y les anunciaba la Palabra con muchas parábolas como éstas . . .

En otras palabras, como se entiende, muchas parábolas no están recogidas en la Escritura

Marcos 6:34 . . . y se puso a enseñarles muchas cosas.

Ninguna de estas muchas cosas está reflejada ahí

Juan 16:12 Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello.

Quizás, este mucho fue hablado durante sus apariciones después de la Resurrección, a las cuales se alude en Hechos 1:2-3 (ver más abajo). Muy pocas de estas enseñanzas se han guardado por escrito, y aquellas que sí lo han sido, contienen sólo mínimos detalles

Juan 20:30 Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro.

Juan 21:25 Hay además otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni todo el mundo bastaría para contener los libros que se escribieren.

Hechos 1:2-3 . . . a los apóstoles . . . A estos mismos, después de su pasión, se les presentó dándoles muchas pruebas de que vivía, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca de lo referente al Reino de Dios. (ver también Lucas 24:16-16, 25-27)

Paradosis (“Tradición”)

La palabra griega más importante en el Nuevo Testamento para la materia que estamos considerando, es paradosis, o literalmente, “tradición”. Es usada cuatro veces como tradición cristiana. Examinaremos cada uno de estos pasajes.

1ª Corintios 11:2 Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mí y conserváis las tradiciones tal como os las he transmitido.

Colosenses 2:8 Mirad que nadie os esclavice mediante la vana falacia de una filosofía, fundada en tradiciones humanas, según los elementos del mundo y no según Cristo.

Paradosis significa simplemente algo que va de mano en mano o que pasa de persona a persona. Esta “tradición” puede ser mala (Mateo 15:2 ss, Colosenses 2:8) y opuesta a la voluntad de Dios (Marcos 7:8 ss), o enteramente buena como en 1ª Corintios 11:2 y en muchos pasajes que veremos a continuación. Esta distinción debe ser tenida en mente constantemente en el debate sobre la utilidad y conveniencia de la Tradición.

2ª Tesalonicenses 2:15 . . . manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta.

2ª Tesalonicenses 3:6 . . . que os apartéis de todo hermano que viva desordenadamente y no según la tradición que de nosotros recibisteis.

La Tradición en la Biblia puede ser escrita u oral. Implica que el escritor (San Pablo en los ejemplos anteriores) no está expresando sus punto de vista peculiares, sino que está entregando un mensaje recibido de otro (mirar, por ejemplo, 1ª Corintios 11:23). La importancia de la tradición no reside en su forma sino en su contenido.

“Palabra de Dios” / “Palabra del Señor”

Cuando las frases palabra de Dios palabra del Señor aparecen en Hechos y en las Epístolas, casi siempre se refieren a la predicación oral, no a la Escritura. La palabra griega usada es logos, la cual es el título del mismo Jesús en Juan 1:1 (. . . la Palabra era Dios). Por supuesto, esto es lo que viene a ser cierto para toda la Biblia, como regla general. Los protestantes, desafortunadamente, tienden a pensar en “palabra escrita” cada vez que ellos ven palabra en la Escritura, pero incluso el sentido común nos dice que en español “palabra” se refiere también a expresiones habladas. Lo último es un tema más domínate y común que lo anterior. Gran parte de la Escritura es un recuerdo de lo que fue originalmente una proclamación oral (por ejemplo, los Diez Mandamientos, toda la enseñanza de Cristo -ya que Él no escribió nada-, el sermón de Pedro en Pentecostés). Por tanto, no se rehúye el componente oral del Cristianismo, y la postura que intente hacer tal cosa se está auto-derrotando de antemano.

La Tradición según Jesucristo & San Pablo

Colosenses 2:8 (ver arriba) a menudo ha sido utilizado por los Protestantes evangélicos (especialmente los fundamentalistas) para condenar tanto la filosofía como la tradición, pero no ofrece apoyo para ambas posturas. Porque San pablo está aquí contrastando las tradiciones y filosofías de los hombres con las de Cristo. El no está condenado esas cosas en esencia, sino más bien, su forma corrupta. Hemos visto como San Pablo usa positivamente en tres ocasiones la misma palabra “tradición”.

Asimismo, Jesús utiliza paradosis para condenar las tradiciones humanas corruptas de los Fariseos (Mateo 15:3,6, Marcos7:8-9,13), no la Tradición apostólica per se, ya que hacer tal cosa contradeciría el suo que San Pablo hace de esa misma palabra, así como también su propia defensa de las verdaderas enseñanzas judías en el Sermón de la Montaña y en otros sitios. Adviértase también que en los ejemplos anteriores, Jesús distingue la palabra “tradición” en cada caso diciendo vuestras tradiciones tradiciones de hombres, como hace San Pablo en Colosenses 2:8. Cuando San Pablo habla de la Tradición apostólica, él no distingue para nada ese término.

Paradidomi (“Entregar”)

Una palabra afín, paradidomi, es usada con referencia a la Tradición cristiana, en el sentido de “entregar” (o “transmitir”) , al menos siete veces:

Lucas 1:1-2 Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares . . .

San Lucas está diciendo que esas tradiciones entregadas, o transmitidas, no son meras fábulas, leyendas, mitos o algo parecido, sino que eran narraciones fiables de testigos oculares. Aquí también tenemos tanto fuentes orales como escritas, con el factor predominante del recuerdo en este punto.

1ª Corintios 11,23 Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,

(ver también 1ª Corintios 11:2, Romanos 6:17)

1ª Corintios 15:3 Porque os transmití, en primer lugar, lo que mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras,

Es contundente el cómo aquí la Tradición y la Escritura son una unificada Revelación, tal y como se dice en la enseñanza católica. La verdadera Tradición nunca puede contradecir la Escritura, sino más bien complementarla, explicarla y desarrollarse sobre ella.

2ª Pedro 2:21 Pues más le hubiera valido no haber conocido el camino de la justicia que, una vez conocido, volverse atrás del santo precepto que les fue transmitido.

Judas 3 . . . combatir por la fe que ha sido transmitida a los santos de una vez para siempre.

Paralambano (“Recibido”)

La palabra paralambano (“recibido”) aparece al menos siete veces en relación con la Tradición cristiana o apostólica. De esta manera, hay tres conceptos relacionados: la tradición o doctrina que es dada o, literalmente, “entregada en mano” y los actos de entregar y recibir la tradición:

1ª Corintios 15:1-2 . . . el Evangelio que os prediqué, que habéis recibido y en el cual permanecéis firmes, por el cual sois salvados, si lo guardáis tal como os lo prediqué … Si no, ¡habríais creído en vano!

(ver también arriba 1ª Corintios 11:23 y 15:3)

Nótese la referencia a la memoria: todo el sentido del pasaje es acerca de un evangelio y tradición oral transmitidos por la predicación y preservados por la memoria.

Gálatas 1:9,12 . . . Si alguno os anuncia un evangelio distinto del que habéis recibido, ¡sea anatema! . . . pues yo no lo recibí ni aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.

Esto suena bastante como las declaraciones de anatema del Concilio de Trento, las cuales son tan inaceptables para muchos. Aquí San Pablo disocia completamente el evangelio que él recibió (el cual el iguala en otros sitios con la tradición) de las tradiciones derivadas de hombres. La verdadera Tradición se origina completamente de arriba – esta es la Tradición de la cual el Catolicismo afirma haber sido meramente el Custodio durante cerca de 2000 años. El siguientes pasaje reitera esto:

1ª Tesalonicenses 2:13 . . . al recibir (vosotros) la Palabra de Dios que os predicamos, la acogisteis, no como palabra de hombre, sino cual es en verdad, como Palabra de Dios

(ver también arriba 2ª Tesalonicenses 3:6)

“Tradición” / “Evangelio” / “Palabra de Dios” Sinónimos

Es obvio por los datos bíblicos arriba señalados que los conceptos de tradición, evangelio, y palabra de Dios (así como otros términos) son esencialmente sinónimos. Todos son predominantemente orales, y todos son referidos como algo que está siendo entregado recibido:

  • 1ª Corintios 11:2 . . . conserváis las tradiciones . . . tal como os las he transmitido
  • 2ª Tesalonicenses 2:15 . . . conservad las tradiciones . . .habéis aprendido . . . de viva voz o por carta
  • 2ª Tesalonicenses 3:6 . . . la tradición que recibisteis de nosotros
  • 1ª Corintios 15:1 . . . el Evangelio . . . que habéis recibido
  • Gálatas 1:9 . . . el evangelio . . . que habéis recibido
  • 1ª Tesalonicenses 2:9 . . . os proclamamos el Evangelio de Dios
  • Hechos 8:14 . . . Samaria había aceptado la Palabra de Dios
  • 1ª Tesalonicenses 2:13 . . . al recibir la Palabra de Dios que os predicamos
  • 2ª Pedro 2:21 . . . del santo precepto que les fue transmitido
  • Judas 3 . . . la fe que ha sido transmitida a los santos de una vez para siempre

Solo en las dos epístolas de San Pablo a los Tesalonicenses podemos ver que tres de esos términos son usados de forma intercambiable. Es claro entonces que tradición no es una palabra sucia en la Biblia, particularmente para San Pablo. Si, por otro lado, alguien quiere mantener que eso es así, entonces evangelio y palabra de Dios ¡son también palabras malas! De esa manera, la “dicotomía-comunmente-mencionada” entre el evangelio y la tradición, o entre la Biblia y la tradición es antibíblica en sí misma y debe ser descartada por la “persona verdaderamente bíblico-orientada” como (¡ya es irónica la cosa!) una corrupta tradición de hombres.

La Tradición Oral según San Pablo

En sus dos epístolas a Timoteo, San Pablo hace algunas aseveraciones fascinantes acerca de la importancia de la tradición oral:

2 Timoteo 1:13-14 Ten por norma las palabras sanas que oíste de mí en la fe . . . Conserva el buen depósito mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros

2 Timoteo 2:2 y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos confíalo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, de instruir a otros.

San Pablo dice que Timoteo no debe sólo recibir y tener por norma sus palabras, además de sus instrucciones escritas, sino que tiene también que enseñar a otros lo mismo. La Iglesia Católica se postula para hacer esto en consideración a todo el “Depósito de la fe” (o la enseñanza de los apóstoles -Hechos 2:42-), de acuerdo con San Pablo

La Iglesia, No la Escritura, Columna & Baluarte de la Verdad

Si a casi cualquier protestante evangélico instruido se le pide que defina, según la Biblia, cuál es la columna y fundamento de la verdad, seguramente respondería: “la Biblia misma, por supuesto”. Pero sin embargo la Escritura no se pronuncia así; declara, en perfecto acuerdo con el Catolicismo y en oposición al sola Scriptura:

. . . la Iglesia del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad. (1 Timoteo 3:15)

Otras traducciones de la Biblia vierten fundamento como bastión, baluarte, pilar.

Dos Textos de Prueba sobre el Sola Scriptura puestos en evidencia

2 Timoteo 3:16-17 Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena.

Este es el supuesto texto de prueba más usado para apoyar el sola Scriptura – a pesar de que se puede alegar contundentemente que ese texto no enseña tal cosa. John Henry Cardinal Newman (!801-1890), el brillante inglés que se convirtió del anglicanismo al catolicismo, muestra la falacia de tal razonamiento:

Es bastante evidente que este pasaje no provee ningún argumento acerca de que la Sagrada Escritura, sin la Tradición, es la única regla de fe; porque aunque la Sagrada Escritura es útil para estos fines, no obstante no se dice que sea suficiente. El Apóstol demanda la ayuda de la Tradición (2ª Tesalonicenses 2:15). Más aún, el Apóstol hace aquí referencia a las Escrituras que Timoteo había aprendido en su infancia. Ahora, una buena parte del Nuevo Testamento no fue escrito en su niñez: algunas de las Epístolas Católicas ni tan siquiera había sido escritas cuando San Pablo escribió esto, y ninguno de los libros del Nuevo Testamento estaban puestos entonces en el canon de los libros de la Escritura. El se refiere, entonces, a las Escrituras del Antiguo Testamento, y si el argumento de este pasaje probara algo, probaría demasiado, a saber, que las Escrituras del Nuevo Testamento no eran necesarias para la regla de fe. Es muy necesario remarcar que este pasaje no provee prueba alguna de la inspiración de varios de los libros de la Sagrada Escritura, incluso de los que son admitidos como tales.. porque no se nos dice.. cuales son los libros o porciones de la Escritura inspirados. (11)

Además de estos lógicos e históricos argumentos, uno puede discrepar con la interpretación protestante de este pasaje en base a fundamentos exegéticos, analógicos y contextuales. Ya en 2ª Timoteo (contexto) vemos que San Pablo hace referencia a la Tradición oral tres veces (1:13-4, 2:2, 3:14). En los versículos anteriores, San Pablo habla de la tradición, teniendo presente de quienes lo aprendiste. La referencia personal prueba que él no está hablando acerca de la Escritura, sino de sí mismo como, por así decirlo, el portador de la Tradición. En algunos otros sitios (exégesis), San Pablo adopta frecuentemente la Tradición oral (Romanos 6:!7, 1ª Corintios 11:2,23, 15:1-3, Gálatas 1:9,12, Colosenses 2:8, 1ª Tesalonicenses 2:13, 2ª Tesalonicenses 2:15, 3:6). La “exclusivista” o “dicotómica” forma de razonamiento utilizada por los apologetas protestantes se ve aquí especialmente “agrietada”. Por ejemplo, examinemos un pasaje muy similar utilizando un razonamiento análogo; Efesios 4:11-15:

Efesios 4:11-15 Él mismo dio a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros, pastores y maestros, para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del ministerio, para edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado del hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo.

Si el griego artios (perfecto en la BJ y en la RV60) prueba la sola suficiencoa de la Escritura en 2ª Timoteo, entonces teleios (perfecto en la BJ y en la RV60) probaría igualmente la suficiencia de los pastores, maestros, etc, para la consecución de la perfección cristiana. Nótese que en Efesios 4:11-15 el creyente cristiano es ordenado rectamente, edificado y llevado a la unidad y madurez, el conocimiento de Jesús, la plenitud de Cristo e incluso preservado de la confusión doctrinal por medio del magisterio de la Iglesia. Esta es, de lejos, una aseveración sobre la perfección de los santos más fuerte que la que se da en 2ª Timoteo 3:16-17, a pesar de que no llega a mencionar la Escritura.

Por consiguiente, la interpretación protestante de 2ª Timoteo 3:16-17 prueba demasiado, dado que si tolos los elementos no-bíblicos están excluido en 2ª Timoteo, entonces, por analogía, la Escritura tendría que estar lógicamente excluida en Efesios. Es mucho más razonable sintetizar los dos pasajes de una forma inclusiva y complementaria, reconociendo que la sola ausencia de uno o más elementos en cualquiera de ambos pasajes no significa que esos elementos son inexistentes. Des esta manera. la Iglesia y la Escritura son ambas igualmente necesarias e importantes para la enseñanza. Este es precisamente el punto de vista católico. Ningún pasaje se usa en un sentido exclusivista.

1ª Corintios 4:6 . . . para que aprendáis de nosotros aquello de: “No propasarse de lo que está escrito” y para que nadie se engría en favor de uno contra otro.

La cláusula destacada en negrita, la cual es usada como una prueba para el sola Scriptura, es una de las más difíciles en griego, tanto que un traductor protestante, James Moffatt, ¡la consideró tan complicada que rechazó traducirla! A pesar de eso, el significado parece bastante claro cuando se toma en consideración todo el contexto (al menos los versículos 3-6). Este principio básico de la interpretación bíblica (el contexto) es a menudo abandonado, incluso por buenos eruditos, presumiblemente debido a prejuicios previos. Por ejemplo, el gran teólogo evangélico G.K Berkouwer, que dice muchas cosas edificantes acerca de la Escritura, cae víctima de esta tendencia repetidamente cuando usa esta porción de un versículo para sugerir la noción del sola Scriptura, en su obra magan sobre la Escritura. (12)

Uno tiene simplemente que leer la frase que sigue al “texto de prueba” para ver qué es lo que San Pablo está queriendo decir. Todo el pasaje es una exhortación ética para evitar el orgullo, la arrogancia y el favoritismo, y de esta manera, no tiene nada que ver con la idea de la Biblia y la palabra escrita como alguna clase de patrón global de autoridad por encima de la Iglesia.

De cualquier forma, la enseñanza de San Pablo en todas partes (tal y como acabamos de ver) excluye tal interpretación. Una de las tesis básicas de la hermenéuticas protestantes es interpretar las porciones de la Escritura menos claras y obscuras a través de pasajes afines más claros.(13) Pablo está diciendo a los corintios que observen la amplios preceptos éticos del Antiguo Testamento (algunos traductores vierten esa cláusula como manteneos dentro de las normas), como es indicado por su frase habitual, está escrito, que siempre es usada para preceder citas del Antiguo Testamento en todas sus epístoles. Asumiendo que él se está refiriendo al Antiguo Testamento (tal es la interpretación más directa), esto probaría, de nuevo, demasiado, porque él no estaría incluyendo todo el Nuevo Testamento, cuyo canon no fue determinado hasta el 397 A.D.

Resumiendo, pues, 1ª Corintios 4:6 (mejor dicho, una parte de ese versículo) falla como texto de prueba para el sola Scriptura por al menos tres razones:

1) El contexto es claramente acerca de aspectos éticos. No podemos transgredir, yendo más allá, los preceptos de la Escritura en lo concerniente a las relaciones personales. Esto no prohíbe la discusión de aspectos éticos fuera de lo que aparece en la Escritura (la cual por sí misma no puede tratar posiblemente todas las disputas o discusiones posibles sobre ética);

2) La frase no tiene porqué referirse necesariamente a la Escritura, aunque parece que esa es la opinión mayoritaria de los eruditos (con la cual yo estoy de acuerdo);

3) Si lo que está escrito se refiere a la Escritura, ciertamente señala sólo al Antiguo Testamento (obviamente no a la “regla de fe” protestante). De esta manera, este versículo prueba demasiado y muy poco al mismo tiempo.

Todos los “textos de prueba” para el sola Scriptura son demostrablemente inadecuados y chocan contra las enseñanzas bíblicas (y Católicas) acerca de la Tradición y la Iglesia, así como también contra la insuperable dificultad del canon de la Biblia, y como éste fue fijado (por la Iglesia Católica).

El Cardenal Newman, tan perspicaz como siempre, apunta justo al meollo del asunto en la siguiente crítica de las alegatos protestantes al sola Scriptura:

La Escritura es la Regla de Fe es de hecho una presunción tan propia de la mentalidad y forma de pensar entre los Protestantes, que a ellos les parece más una perogrullada que una simple realidad. Cuando están en controversia con los Católicos acerca de algún punto de fe, todos ellos preguntan a la vez ¿Dónde encuentras eso en la Escritura? y si los Católicos responden, como deben hacer, que no hace falta que esté en la Escritura para que sea cierto, nada podrá disuadirlos de que tal respuesta no es una evasión, ni un triunfo para ellos. Aunque de ninguna manera es evidente que toda la verdad religiosa está en un número de obras, aunque sean sagradas, las cuales fueron escritas en diferentes épocas, y no siempre formaron un libro; de hecho, esa es una doctrina muy difícil de probar . . . Es una presunción asentada tan profundamente en el sentir popular de los protestantes, que es un tradajo de gran dificultad el obtener de ellos un reconocimiento de que es una presunción. (14)

Autor: Dave Armstrong

 

Notas a pie de página.

  • 1. Calvin, John, Institutes of the Christian Religion, 1559 ed., Book IV, ch.10; Berkouwer, G.C., Studies in Dogmatics: Holy Scripture, Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1975, tr. from Dutch ed. of 1967 by Jack B. Rogers, pp.299-300,306; Marty, Martin, A Short History of Christianity, NY: Meridian, 1959, p.216.
  • 2. Calvin, ibid., Book I, ch.6-9; Pinnock, Clark, Biblical Revelation, Chicago: Moody Press, 1971, pp.113-17.
  • 3. Luther, Martin, On the Councils and the Churches, 1539; Sproul, R.C., “Sola Scriptura: Crucial to Evangelicalism,” in Boice, James Montgomery, ed., The Foundation of Biblical Authority, Grand Rapids , MI : Zondervan, 1978, p.109; Brown, Robert McAfee, The Spirit of Protestantism, Oxford : Oxford Univ. Press, 1961, p.67.
  • 4. Pinnock, ibid., pp.118-119; Brown, ibid., pp.215-216.
  • 5. Berkouwer, ibid., pp.268-271,286,305; Brown, ibid., p.171; Marty, ibid., p.206.
  • 6. Ramm, Bernard, “Is ‘Scripture Alone’ the Essence of Christianity?,” in Rogers , Jack B., ed., Biblical Authority, Waco , TX : Word Books, 1977, pp.116-17,119,121-2.
  • 7. Catechism of the Catholic Church (CCC), Liguori, MO: Liguori Pub., 1994, #80; Hardon, John A., The Catholic Catechism (CC), Garden City, NY: Doubleday, 1975, pp.47-48.
  • 8. CCC, #81,83; Hardon, John A., Pocket Catholic Dictionary, NY: Doubleday Image, 1980, p.437.
  • 9. CCC, #82.
  • 10. CCC, #84; Hardon, CC, pp.41-43.
  • 11. Newman, John Henry Cardinal, “Essay on Inspiration in its Relation to Revelation,” London : 1884, Essay 1, section 29. Énfasis en el original. In Newman, On the Inspiration of Scripture, ed. J. Derek Holmes and Robert Murray, Washington, D.C., Corpus Books, 1967, p.131.
  • 12. Berkouwer, ibid., pp.17,104-5,148.
  • 13. Ver, e.g., Ramm, Bernard, Protestant Biblical Interpretation, Grand Rapids , MI : Baker Book House, 3rd ed., 1970, pp.104-106.
  • 14. Newman, John Henry Cardinal, Grammar of Assent, Garden City, NY: Doubleday Image, 1955 (orig. 1870), p.296.

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