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¿Era Pedro la Piedra sobre la que se edificaría la Iglesia en Mateo 16,18?

el apostol pedro 1

Pregunta:

Hola a todos! Quiero hacer una preguntita por una duda que tengo y agradecería mucho si alguien me aclarara.

Unos amigos protestantes me dijeron que Cuando Cristo dijo a Pedro “Tu eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” él se estaba refiriendo a sí mismo como la Piedra sobre la que edificaría su Iglesia y no a Pedro. Luego me dieron varios versículos donde Cristo es piedra angular de la iglesia y no Pedro. ¿Me podrían ayudar?

Respuesta:

Recibe un cordial saludo y gracias por escribirnos.

Para darte mi respuesta a los argumentos de tu amigo, aprovecharé de utilizar las reglas hermenéuticas que el pastor Fernando García Sotomayor (director de un seminario protestante en Colombia) nos ha compartido.

El pasaje central es este:

“Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.» Mateo 16,18-19

Los católicos decimos que Cristo se refería en este texto a Pedro como la Piedra, los protestantes dicen en este caso que Cristo se refería a sí mismo como la Piedra.

Apliquemos la segunda regla hermenéutica que mi amigo pastor me suministró:

Regla SEGUNDA. Es del todo preciso tomar las palabras en el sentido que indica el conjunto de la frase. Es decir, se debe tener en cuenta el significado de una palabra a la luz de todas las frases. Por eso es necesario conocer el pensamiento del autor.

En dicha frase Cristo cambia el nombre a Simón por Pedro (que quiere decir Piedra). ¿Por qué se ha de pensar que Cristo se refería a sí mismo si acababa de cambiar el nombre de Pedro a Piedra? ¿Fue casualidad?

Regla TERCERAEs necesario tomar las palabras en el sentido que indica el contexto, a saber los versículos que preceden y siguen al texto que se estudia. No se puede hacer doctrina con un solo versículo. Es decir se debe tener en cuenta el contexto del texto para no inventar un pretexto.

El contexto no revela que Cristo se refiriera a sí mismo, sino a Pedro.

Primero porque como he dicho, le cambia el nombre a Piedra.

Segundo porque en todos los contextos donde ha ocurrido un cambio de nombre en la Biblia, estos tenían un profundo significado: Un cambio de función o ministerio para la persona.

Ejemplos:

A Abram Dios le cambia el nombre por Abraham porque le constituye en padre de muchedumbre de pueblos:

“Cayó Abram rostro en tierra, y Dios le habló así: «Por mi parte he aquí mi alianza contigo: serás padre de una muchedumbre de pueblos. No te llamarás más Abram, sino que tu nombre será Abraham, pues padre de muchedumbre de pueblos te he constituido. Te haré fecundo sobremanera, te convertiré en pueblos, y reyes saldrán de ti.” Génesis 17,3-6

A Saraí (esposa de Abraham) Dios le cambia el nombre a Sara que significa “princesa fecunda”, “madre de reyes”:

“Dijo Dios a Abraham: «A Saray, tu mujer, no la llamarás más Saray, sino que su nombre será Sara. Yo la bendeciré, y de ella también te daré un hijo. La bendeciré, y se convertirá en naciones; reyes de pueblos procederán de ella.»” Génesis 17,16

A Jacob Dios le cambia el nombre por Israel porque “lucho con Dios y los hombres y venció”

“Dijo el otro: «¿Cuál es tu nombre?» – «Jacob.» – «En adelante no te llamarás Jacob sino Israel; porque has sido fuerte contra Dios y contra los hombres, y le has vencido.»” Génesis 32,28

El nombre de Jesús también tiene un significado:

“Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.»” Mateo 1,21

Si todos los nombres tienen un significado y los cambios de nombre implican un cambio en la función o ministerio de la persona ¿Por qué ignorar aquí deliberadamente este contexto?

Tercero, porque si vemos los versículos que preceden, Cristo le pregunta a Cristo “quien dice los hombres que soy yo“, Pedro le contesta diciendo quien es él y su ministerio: “Tu eres el Mesías, el hijo del Dios vivo“. Cristo le retribuye diciendo ahora quien es Pedro: “Tu eres Pedro, y sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia“.

Y si seguimos profundizando todavía más el contexto será fácil ver cual es el propósito de ese cambio nombre y cual es ese nuevo ministerio que implica:

Regla TERCERA. Es necesario tomar las palabras en el sentido que indica el contexto, a saber los versículos que preceden y siguen al texto que se estudia. No se puede hacer doctrina con un solo versículo. Es decir se debe tener en cuenta el contexto del texto para no inventar un pretexto.

El versículo que precede a Mateo 16,18 es este:

A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.» “Mateo 16,18-19

Cristo entrega las llaves del Reino de los cielos a Pedro. Su función será ser el portador de las llaves.

¿Esto se confirma por otras reglas hermenéuticas protestantes?. Si.

Regla QUINTAEs necesario consultar los pasajes paralelos. Los pasajes paralelos son aquellos que tienen relación, o que tratan de un mismo asunto. El buen estudiante de la Biblia debe adquirir conocimientos exactos sobre las doctrinas y las prácticas cristianas. Las cosas espirituales se explican por medio de cosas espirituales. I. Co. 2:13. Un pasaje paralelo junto a otro conforma lo que se llama una cadena temática. Ejemplo, Prov. 16:4; Mat. 10:37; Lc. 14:26; II. Ped. 3:9.

Un pasaje paralelo a Mateo 16,19 es sin duda Isaías 22

“Aquel día llamaré a mi siervo Elyaquim, hijo de Jilquías. Le revestiré de tu túnica, con tu fajín le sujetaré, tu autoridad pondré en su mano, y será él un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrirá, y nadie cerrará, cerrará, y nadie abrirá. Le hincaré como clavija en lugar seguro, y será trono de gloria para la casa de su padre. Colgarán allí todo lo de valor de la casa de su padre – sus descendientes y su posteridad -, todo el ajuar menudo, todas las tazas y cántaros.Aquel día – oráculo de Yahveh Sebaot – se removerá la clavija hincada en sitio seguro, cederá y caerá, y se hará añicos el peso que sostenía, porque Yahveh ha hablado.” Isaías 22,20-25

Dicho texto es una profecía donde Dios instaurará un nuevo mayordomo en Israel (Elyaquím, quien de hecho llegó a ser mayordomo en lugar Sebná. Ver 2 Reyes 18,18; 19,2; Isaías 33,3; 37,2). El mayordomo era un ministro con las llaves del reino. Aunque el resto de ministros también tenían autoridad, la autoridad del mayordomo era superior. Todos ataban y desataban, pero lo que el mayordomo ataba los otros ministros no lo podían desatar y viceversa. (Se refiere esto a la autoridad de tomar decisiones). El mayordomo no era el rey, tenía autoridad conferida de la mano del Rey.

¿Por qué Cristo utiliza esta figura? Porque Cristo quiere utilizar un ejemplo de su tiempo para que todos entendieran la nueva función de Pedro: Ser el nuevo mayordomo de su Reino. Así como los antiguos reyes de Israel tenían un mayordomo, Cristo designa al suyo: a Pedro.

Todas estas reglas las ignoran los protestantes en la práctica. Es gracioso verles salir con que si la hermenéutica pa’qui, hermenéutica pa’lla, y a la hora de la verdad, es solo un cliché.

¿Por qué la interpretación protestante es errada?

Te diré ahora porqué la interpretación de que Cristo es la Piedra específicamente en Mateo 16,18 es incorrecta. La razón es porque los protestantes aplican un patrón fijo de significados a los elementos metafóricos. Esto es un exabrupto a cualquier exégesis seria. Me explicaré.

Estarás conmigo de acuerdo en que en la Biblia entre todos los géneros literarios que podemos encontrar están las metáforas. En una metáfora se compara un elemento literal y se le asocia un significado.

Ejemplos:

“…Yo soy la luz del mundo…” Juan 8,12

“…Yo soy el buen pastor…” Juan 10,11

“…Yo soy la puerta…” Juan 10,9

“…Yo soy la vid verdadera…” Juan 15,1

Y así podría seguir, pero considero que no es necesario, porque todos conocemos cuales metáforas hay en la Sagrada Escritura.

En estas metáforas se utiliza una palabra o un objeto en sentido simbólico. No se hace referencia al objeto literalmente, pero sirve para sugerir una comparación.

En este sentido Cristo no es literalmente luz, tampoco literalmente un pastor, mucho menos nosotros literalmente ovejas. Demás está decir que tampoco el Señor es una puerta ni una planta (una vid), sin embargo las metáforas nos ayudan a entender por medio de este tipo de comparaciones una realidad.

Una vez aclarado esto, hay que entender que si bien en la Biblia hay muchas metáforas, los elementos utilizados en ellas no tienen un significado fijo. Es un error pensar que porque en Juan 8,12 se diga que Cristo es Luz del mundo, cada vez que en una metáfora aparezca la palabra luz, se refiere a Él. Un ejemplo claro lo tenemos en Mateo 5,14 donde Cristo nos dice: “Vosotros sois la luz del mundo”

Eso es lo que hacen los protestantes. Tratan de buscar muchas metáforas donde Cristo es la piedra (o Roca), para tratar de establecer la hipótesis    de que cada vez que esto ocurra se refiere indiscutiblemente a Cristo, pero esto es incorrecto.

En Isaías 51,1 por ejemplo, dice: “mirad á la piedra de donde fuisteis cortados” , y en esta metáfora la piedra no es Cristo sino Abraham. El pasaje continúa “…y á la caverna de la fosa de donde fuisteis arrancados. Mirad a Abraham vuestro padre,”

En 1 Pedro 2,5 se nos llama a nosotros “piedras vivas”

Un ejemplo también lo tenemos en otro texto donde el fundamento es los apóstoles y profetas y Cristo figura de Piedra angular:

“Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo;” Efesios 2,20

Sin embargo en otra metáfora el fundamento es Cristo

“ Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.” 1 Corintios 3,11

¿Hay una contradicción?, claro que no, sino que son diferentes metáforas. En la primera (Efesios 2,20) se compara la Iglesia con un edificio, allí todos venimos a ser representados figurativamente como Piedras (los creyentes, los apóstoles y Cristo también, ya que figura aquí como Piedra angular). En la segunda (1 Corintios 3,11) ya no se habla de la Iglesia sino de cada creyente que construye su vida en base a sus obras. Estas (obras) si están edificadas sobre el fundamento (que es Cristo) recibirán su recompensa. (Recomiendo leer completos los capítulos citados para entender mejor el contexto).

En el pasaje que nos aboca (Mateo 16,18) también se compara la Iglesia con un edificio, pero en esa metáfora Cristo está figurando como el constructor, no como parte de la construcción, lo vemos cuando utiliza el verbo “edificar” y lo conjuga en primera persona: “Edificaré”. Nosotros somos las piedras que Cristo va colocando, Pedro la primera.

El error en este sentido es mezclar las metáforas o querer establecer un significado constante para un elemento literal en todas ellas. Con ese método se puede probar cualquier cosa, tomas una palabra de aquí, buscas el significado simbólico, y luego saltas allá, y el contexto de cada pasaje “bien gracias”.

Es importante señalar también que la Piedra angular de una construcción no es la piedra sobre la que se edifica la Iglesia. La primera piedra sobre la que se edifica una construcción está en la base, la piedra angular está en la parte superior y es la que le da consistencia a todas las demás. (En una construcción, por ejemplo, en una pirámide, realmente hay 5 piedras angulares, pero la que generalmente se refieren con la Piedra angular es la que está en la cúspide, no la que está en la base).

Así podríamos construir una metáfora general donde es si se simboliza la Iglesia con un edificio espiritual, Cristo puede figurar como Piedra angular, Pedro y los apóstoles como fundamento, siendo Pedro la primera Piedra sobre la cual se edifica (el mayordomo) y nosotros piedras vivas que conforman el resto del edificio.

Yo nunca entenderé como los protestantes pueden ignorar el claro significado de Mateo 16,18 y se ven obligados a torcerlo para no aceptar el Primado de Pedro. Saben que si lo aceptan toda su doctrina se vendrá abajo porque deberán someterse a su autoridad y la de sus sucesores, sin embargo se ven obligados a torcer la palabra de Dios para justificar sus posturas.

“La paciencia de nuestro Señor juzgadla como salvación, como os lo escribió también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le fue otorgada. Lo escribe también en todas las cartas cuando habla en ellas de esto. Aunque hay en ellas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente – como también las demás Escrituras – para su propia perdición. Vosotros, pues, queridos, estando ya advertidos, vivid alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos disolutos, os veáis derribados de vuestra firme postura.” 2 Pedro 3,15-17

Autor: José Miguel Arráiz

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