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“El Bautismo que ahora os salva”

Bautismo 4

Fe y bautismo según las Escrituras. El Bautismo de los niños. El Bautismo por inmersión.

“Algunos declaran que nacer de agua y del espíritu quiere decir bautismo en agua…. El agua es un símbolo de LA PALABRA DE DIOS” (1).

    Para apoyarse, el autor de este folleto cita la primera carta de Pedro: siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1, 23), y Pablo a los efesios: Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra (Ef 5, 25-26).

     Para los evangélicos, el Bautismo no es más que un signo externo de una conversión interna. Es nada más que un testimonio. No hace nada en el alma. El Bautismo para ellos no es tan importante en la salvación como veremos. Lo necesario es creer en Jesús, aceptarlo como “salvador personal”, y con esto son “salvos”. Si uno nunca se bautiza no es tan importante.

     En los folletos distribuidos por los evangélicos leemos: “En el momento en que usted confía totalmente en Jesucristo como su salvador y Señor, en ese mismo momento Ud. es salvo para siempre.” (Fellowship Tract League)

     En el folleto Tesoros del cielo escrito por Mel Gerrard, se dice, “¿Recibiste a Jesús en tu corazón por fe? ¡Si así es, tú eres nacido de nuevo!“.

     En otra obra de R. A. Torrey y distribuida por “La Iglesia Evangélica Bautista” leemos: “Nadie puede ser salvo a menos que haya nacido de nuevo por el Espíritu de Dios. Somos nacidos de nuevo por el Santo Espíritu de Dios por medio de su palabra“.

     Aquí se ve que ser “salvo” consiste nada más en creer, confiar en Jesús. Es nacer del Espíritu por la Palabra de Dios. La Iglesia católica dice que la salvación es un don de Dios; pero implica más que solamente creer. Confiar es sumamente importante pero no es todo. Según la Biblia hay algo más.

     Mientras que los hermanos dicen “En el momento de confiar… eres salvo”. La Biblia dice otra cosa: El que creyere y fuere bautizado será salvo (Mc 16, 16). La Biblia añade “fuere bautizado”. No dice el que cree será salvo y nacido de nuevo Y NADA MAS. Tampoco dice que “nacer de nuevo” es sólo nacer del Espíritu. La palabra de Dios dice que nacer de nuevo, (otra traducción posible es “nacer de arriba”) es del agua y del Espíritu. Por ambos.

Nacer de arriba

     Los evangélicos citan Juan 3, 3 para decir que se tiene que “nacer de nuevo” para salvarse (ver por ejemplo artículo “Nacer de Nuevo” por C. H. Spurgeon, La Buena Semilla 2 1995, p. 25): De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. La palabra que Jesús utiliza es ANOTHEN que puede significar “de nuevo” como lo entendió Nicodemo. ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? (v. 4). Pero ANOTHEN tiene otro significado también: “de arriba”, y esto es lo que quería decir Jesús: A menos que uno nazca de arriba no puede entrar en el reino de Dios. ¿Qué es “nacer de arriba” . Es bautizarse y que “desde arriba” descienda el Espíritu Santo. En Juan 1, 32 Jesús se bautizó y el Espíritu descendió desde arriba: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma . Todo el contexto de Juan 3 trata del bautismo. Por eso Jesús lo aclaró: Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que él que no naciere de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios (Jn 3, 5). Para confirmar con sus acciones lo que acababa de decir, Jesús empezó a bautizar para que entendiéramos esta necesidad: Después de esto, vino Jesús con sus discípulos a la tierra de Judea, y estuvo allí con ellos, y bautizaba (Jn 3, 22). A veces, como Iglesia naciente, delegaba a sus discípulos hacerlo (4, 2) en su lugar para que la gente no pensara que lo hacía en imitación de Juan (Ver 3, 23 y 4, 1). Por eso el significado que en seguida Jesús utiliza para ANOTHEN en Jn 3, 31: El que de arriba (ANOTHEN), es sobre todo… el que viene del cielo es sobre todos. Nacer de nuevo entonces no es “aceptar a Jesús como mi Salvador personal” (2) sino bautizarse cuando el Espíritu Santo desciende de arriba.

     Vemos las dos cosas: agua y Espíritu también en Tito 3, 5: Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento (bautismo en griego) de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.

     Entonces la salvación es más que “solamente creer”. (De hecho, según Santiago 2, 19 también los demonios creen, pero no son salvos). Las Escrituras nos muestran que, dentro del plan de Dios para nuestra salvación, entra el bautismo: Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura (He 10, 22).

     Pedro no dijo, Conviértanse…acepten a Jesús…nada más y serán salvos” sino: Arrepentíos, y bautícense cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo (Hch 2, 38). En este texto vemos que con el creer y el bautizar llega el perdón de los pecados y el don del Espíritu. Hablando con muchos evangélicos, me decían que el bautismo es nada más que un signo externo de su conversión a Cristo, que el bautismo no hace nada adentro del hombre. El bautismo no salva, según los evangélicos, pero en la Biblia leemos: El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva, no quitando las inmundicias de la carne (otras Biblias: “mancha física” o “limpiar el cuerpo” o “suciedad corporal“) sino en la aspiración de una buena conciencia hacia Dios… (1 P 3, 21). En el Bautismo volvemos a nacer y somos renovados por el Espíritu Santo.

     “La Confesión de Westminster formulada en 1646 ha llegado a ser la norma doctrinal de las iglesias presbiterianas. Aunque se acepta el bautismo por inmersión, la forma más usada es por aspersión….el bautismo no tiene nada que ver con la regeneración, más bien significa unión a Cristo y a su “cuerpo”, es decir la Iglesia visible”. Pbro, Les Thompson, El Cristianismo Romano y No Romano, Pub. El Faro, México, 1988, p. 76. ¿Qué el bautismo no regenera? sólo hay que leer Tit 3, 5: el lavamiento de la regeneración… ¿Es verdad que el bautismo no hace nada en el alma y que es solamente un testimonio externo? Levántate y bautízate, y lava tus pecados invocando su nombre (Hch 22, 16).

     Con estos textos vemos la verdad de la enseñanza de la Iglesia católica. El bautismo es más que solamente una orden (“una ordenanza” dicen algunos protestantes). Es un sacramento que efectúa un lavamiento de pecados (3). Pablo pone el bautismo en la misma lista con “Señor” y “fe” (Ef 4, 5). ¡Esto indica su importancia! Juan Bautista dice que el bautismo de Jesús es con Espíritu y fuego (Mt 3, 11). ¿Por qué “fuego”? Esto indica que el bautismo de Jesús no sólo baña el exterior de la persona, sino que purifica interiormente, así como el fuego cuece también el interior de las cosas y no sólo lo exterior.

     Ahora podemos contestar la afirmación del Sr De Hann citada arriba que el agua mencionada en Juan 3, 5 es sólo un símbolo de la Palabra de Dios y no agua de verdad. Cuando Pablo habla del lavamiento del agua por la palabra (Ef 5, 2. 6) está hablando de la formula trinitaria que tiene que acompañar el bautismo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 38, 19). El solo hecho de meter a alguien en agua sin estas palabras no es bautismo. Es mojarse, no más. En cuanto al texto de Pedro de ser renacidos por la Palabra (1 P 1, 23), leyendo el contexto vemos que se trata de haber creído en la predicación de la Palabra de Dios que permanece para siempre de tal forma que la persona confiesa a Jesucristo y se bautiza en su nombre. Su fe, más el bautismo le hace renacer. En Mt 3,11 se añade bautizar con FUEGO porque el bautismo purifica interiormente.

     Mira lo que pierdes al no ser bautizado: ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos…. así también nosotros andemos en vida nueva (Ro 6, 3-4. Ver Col 2, 12). Es triste que los evangélicos rebauticen a los católicos que convierten a su iglesia. Cristo murió y fue sepultado una sola vez y el bautismo es participar en su muerte. Por eso no se repite, porque hay una fe, un bautismo (Ef 4, 5).

     Es verdad que el malhechor perdonado por Jesús no fue bautizado. Pero, ¿Cómo hubiera podido hacerlo en su situación?

     Todos ustedes, al ser bautizados en Cristo, se revistieron de Cristo (Gal 3, 26 versión Latinoamérica). Todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos (Reina-Valera). O sea, que no es solamente aceptar a Jesús como mi salvador personal lo que me une a Él, sino el bautizarme también. Y no son dos bautismos porque Ef 4,5 dice que hay “un solo bautismo”. Bautizar con agua y con Espíritu va unido.

     Yo te digo hermano que he aceptado a Jesucristo como mi Salvador y Señor personal pero no por eso he nacido de nuevo. Nací de nuevo por lo que Cristo, nuestra Vida y Salvación, hizo por medio del Espíritu Santo cuando fui bautizado. Es importantísimo aceptar a Cristo como Salvador y Señor, pero no es lo que Jesucristo dijo a Nicodemo.

     El bautismo es tan importante que solamente hay uno dice Ef 4, 5. (Por eso lo antibíblico de rebautizarse cuando uno deja el catolicismo y se bautiza otra vez) (4).

A lo mejor me preguntas ¿por qué bautizan a los niños? Sigue leyendo por favor.

¿Y los niños?

    “No bautizamos a los bebés, pero animamos a los padres a dedicar sus niños al Señor en un servicio de adoración pública” (p. 21). Asemblies of God, Who we are and what we believe, Gospel Publishing House (revised edition 1985).

     He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto… Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo… todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré sus culpas (Jer 31, 31-34).

     Los hermanos dicen que se tiene que ser adulto (o por lo menos tener uso de razón) para poder ser bautizado. Usan el ejemplo de Jesús, que era adulto cuando fue bautizado por Juan. Pero EL BAUTISMO DE JUAN NO ES EL DE LOS CRISTIANOS. El bautismo que recibió Jesús no fue porque él se arrepintió. Tampoco fue para recibir el Espíritu Santo, lo tuvo desde siempre. Juan el Bautista nos enseña la diferencia entre los dos bautismos: Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo (Mc 1,8. Ver también Hch 11, 16 y 19, 3-5). Juan no bautizó en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Jesús se bautizó para manifestar su autoridad: Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia (Mc 1, 10-11). El bautismo de Juan era el bautismo judío que era solamente un rito exterior que no purifica interiormente. Todo buen judío, como Jesús, lo hacía.

     Es claro que si uno piensa que el bautismo es solamente un signo externo de la conversión y nada más, es razonable solamente bautizar a los adultos que han aceptado a Cristo. ¿Es cierto que el bautismo es nada más que esto? Vimos que no lo es. En la lista de Efesios 4,5 el bautismo aparece junto con “un Señor” y “una fe”. ¡Es importantísimo! ¿Es correcto seguir el modelo del bautismo de Jesús como norma? Tampoco.

     La Iglesia reconoce lo importante de bautizar a los adultos. El rito se llama Rito de Iniciación Cristiana de Adultos. Es un proceso de estudio, reflexión y oración con la Biblia, por lo menos durante un año. También es claro que, desde el principio, los cristianos bautizaron a los bebés como veremos luego.

Las razones para bautizar niños

     Juan 3, 5 dice que para entrar en el Reino de Dios se tiene que nacer del agua. No dice que esta regla sea solamente para adultos. Entonces el niño tiene el derecho de entrar en el reino porque de ellos es el reino (Lc 18, 16). Según el Salmo 51, 5-7 (y Ro 3, 10 y 23) somos todos pecadores desde que comienza nuestra existencia: He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre. Somos pecadores, por naturaleza hijos de ira (Ef 2, 3). Por cuanto la muerte entró por un hombre… en Adán todos mueren…en Cristo todos serán vivificados (1 Co 15, 21-22). ¿Y cómo se realiza esto?: por la fe y por el bautismo.

     Por dos mil años, desde el tiempo de Abraham hasta la venida de Cristo, Dios mostró a su pueblo que quería que los niños pertenecieran al Antiguo Pacto con Él: Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo… guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones (Gn 17, 7,9-10). En el AT, la señal de entrar en el convenio con Dios era la circuncisión: Será circuncidado TODO varón de entre vosotros (Gn 17, 10). Se hacía ocho días después de nacer (Ver Isaac en Gén 21, 4 y Pablo en Flp 3,5).

     Con Cristo la señal cambió al bautismo. El Nuevo Pacto es ahora una circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo: En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos (Col 2, 11-12).

     Como vimos nos acercamos a Jesús por el bautismo (Gal 3,27) y Cristo ordenó que los niños participaran: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos (Mt 19, 14).

     Los niños judíos formaron parte del Antiguo Pacto por la circuncisión: Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo: He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros y con vuestros descendientes (Gn 9, 8-9). Por eso pues ahora dice Jehová…Tocad trompeta en Sión, proclamad ayuno, convocad asamblea. Reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños y a los que maman… (Joel 2, 12-16). ¿Será que el Nuevo Pacto, que no es solamente para los judíos sino para todas las naciones, es más limitado que el Antiguo? La familia de Dios incluye a todos. La promesa es para sus hijos también (Hch 2, 39).

     Entonces el rey mandó reunir con él a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. Y subió el rey a la casa de Jehová con todos los varones de Judá, y con todos los moradores de Jerusalén, con los sacerdotes y profetas y con todo el pueblo, desde el más chico hasta el más grande; y leyó, oyéndole ellos, todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová. Y poniéndose el rey en pie junto a la columna, hizo pacto delante de Jehová, de que irían en pos de Jehová, y guardarían sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo el corazón y con toda el alma, y que cumplirían las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto (2 R 23, 1-3). Dice que TODO el pueblo confirmó el pacto. Entre el pueblo estaban “desde el más chico” (en esta sociedad, no sólo por su edad el niño era “pequeño” sino por el lugar que ocupaba en ella). Seguramente los papás tuvieron que confirmar el pacto en su nombre.

     He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto….Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo…. todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré sus culpas (Jer 31, 31-34).

     La Biblia dice: Creyó Abraham a Dios y le fue contado por justicia (Ro 4, 3), y el signo de la fe del judío adulto era la circuncisión a semejanza de Abraham (Ro 4, 11-12). Y sin embargo, Dios mandó circuncidar a los niños para que formaran parte de la familia de Dios (Lev 12, 3 y Éx 12, 48).

     Pablo entendió el paso por el Mar Rojo como prefiguración del Bautismo: Porque no quiero hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar... (1 Co 10, 1-2). ¿Fueron solamente los adultos los que pasaron por el Mar Rojo?

     El bautismo es nacer de nuevo en la familia de Dios (Ef 2, 6-19) y los papás toman la decisión de llevar al niño a esta familia. Cuando un niño nace en una familia, él no hace antes un arreglo con sus papás. ¿Acaso tenemos que esperar a ser conscientes para ser verdaderos hijos de nuestros padres? Los Apóstoles siguieron la misma idea. Pedro dice en el día de Pentecostés: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos (Hch 2, 38-39).

     El niño tiene derecho de ser revestido por Cristo (Gá 3, 27) y participar en su muerte (Ro 6, 3-4). Por eso la Iglesia bautizó a los niños desde el principio, siguiendo en eso a los Apóstoles. Pablo dijo: el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos (1 Co 7, 14). Al argumento evangélico de que un bebé no puede ser un cristiano porque no tiene una relación personal con Cristo le falta reflexión. Consideramos la relación paralela entre la criatura y su mamá. Esta es claramente una relación personal que el bebé tiene con ella aunque no puede conceptualizar quiénes son sus parientes. Sus padres le cuidan, le aman, le sostienen aún antes de que el bebé pueda reciprocar. El bebé definitivamente tiene una relación con ellos: ¡Son sus papás!. Pasa lo mismo en su relación con Dios. Es SU hijo.

Toda la familia bautizada

     En el NT vemos que la familia entera fue bautizada: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa (Hch 16, 31). Fíjate que el amo de la casa toma la decisión para todos, es decir que Pablo le dice “cree” no “crean” (toda la familia): Se bautizó él con todos los suyos (Hch 16, 33). Esta frase tendría que referirse a sus hijos porque siendo carcelero, una posición humilde en la sociedad, era casi imposible que tuviera sirvientes. Si no tuviera hijos diría “él y su esposa fueron bautizados”.

     Pablo bautizó a toda la familia de Estéfanas (1 Co 1, 16), y en Hechos leemos que: el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Y mandó bautizarles… (Hch 10, 44-48). Este “todos” incluiría también a los bebés de la casa y a los niños llevados por sus papás y no dejados solos (Ver v. 24).

     Mira Hechos 18, 8 donde encontramos a Crispo, un hombre rico que probablemente tenía una familia grande y muchos sirvientes: Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados.

     En Hechos vemos la misma idea: Envía hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro; él te hablará palabras por las cuales serás salvo tú Y TODA TU CASA (1,14. Ver 10,44 y 48).

Para los enfermos

     El pecado es una enfermedad del alma, es un malestar en mi relación con Dios y también una esclavitud: Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado (Jn 8, 34). Y Jesús vino para los pecadores que él describe como enfermos: Al oír esto, Jesús les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos (Mc 2, 17). Los niños nacen con una naturaleza humana caída y manchada por el pecado original. Por la rebeldía de Adán, esta naturaleza está “enferma” y necesita la sanación de Jesús a través del lavamiento por el bautismo (1 P 3, 21). ¿Qué padre, cuyo hijo está enfermo, le diría, “Tú eres un niño y no puedes decidir por tí mismo, entonces no te voy a llevar al hospital hasta que seas mayor y puedas decidir si quieres ir”? ¡El niño podría morir!

     ¿Recuerdas que al bautizarnos nos vestimos con Cristo? ¿No se preocupan los padres de que su hijo que tenga comida, medicina y todo tipo de cuidado? ¿Se le pregunta antemano al niño si quiere vestirse antes de ponerle la ropa?, por su puesto que no.

     El bautizar a los niños demuestra que la unión con Dios es iniciativa de Él antes que del hombre, porque un niño no sabe nada. La historia de la salvación nos muestra que Dios siempre toma la iniciativa al relacionarse con nosotros: cuando éramos débiles… siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios, por la muerte de su Hijo (Ro 5, 6 y 10). “Éramos su enemigo” y Dios actuó por medio de Jesucristo sin pedirnos nuestra opinión o esperar que le pudiéramos responder. Sin que reconocieran a Jesús: Los papás traían a él los niños para que los tocase (Lc 18, 15). (Según dice el griego, eran bebés). La total gratuidad de la salvación se manifiesta particularmente en el bautismo de niños.

     Jesús nunca ordenó bautizar solamente a los adultos: Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado (Mt 28, 19-20). El orden de las palabras es interesante. Jesús dice “bautizar” ANTES de “enseñar”. Mientras algunos evangélicos dicen que se tiene que enseñar la persona para que crea antes de bautizarlo, -por eso un niño no puede ser bautizado porque no puede aprender-, los padres católicos les bautizan y se comprometen a enseñarles después. La fe que se requiere para el bautismo no es una fe perfecta y madura, sino un comienzo que está llamado a desarrollarse. Los padres y padrinos prometen acompañar al niño en su crecimiento en la fe y maduración en su relación con Jesucristo. Si unos no cumplen su promesa, es otro problema.

     Los metodistas bautizan a los niños por inmersión, o por derramar o rociar agua. Los presbiterianos no consideran el bautismo necesario para la salvación sin embargo urgen el bautismo de niños.

     Termino con una carta de unos padres a su niño bautizado: (5)

“Querido hijo:

Hoy hemos querido bautizarte en Cristo Jesús, sumergirte en la muerte y resurrección del Dios en el que nosotros creemos.
En esta carta, que tú podrás leer más tarde, queremos explicarte el porqué.

     No es por imponerte una opción por lo que hemos querido bautizarte, sino para abrir delante de ti un camino de libertad que, el día de mañana, podrás libremente elegir de nuevo y tomarlo.

     Nosotros hemos querido darte lo mejor que teníamos. Creemos que esta pequeña semilla de la fe, sembrada, hoy en el jardín de tu corazón, germinará, a la luz del día y en las tinieblas de la noche, en lo más secreto de tu vida.

     Te sumergimos hoy en el océano de amor de Jesucristo para darte una fuerza nueva, mayor que nosotros y mayor que tú. Ella será el valor de tus combates, la lucidez de tus opciones, la luz de tus pasos. Será tu esperanza y tu alegría, para vencer las fuerzas del mal.

     Hemos querido bautizarte en Cristo, para que llegues a ser un hombre libre y que se mantiene en pie, en medio de este mundo un tanto loco a veces. Y sobre todo, para que llegues a ser un hermano que construye, con Dios, el futuro de nuestra tierra….

     Lo mismo que María cuando ofreció a su Hijo Jesús en el Templo, también nosotros hemos querido conducirte al umbral de la Casa de Dios….

      Pues es Jesús, y sólo él, tu Salvador y tu Señor, quien trazará mañana un camino de paz y de libertad para ti. Por encima de tus angustias y de tus miserias, él te abrirá la Casa de su Padre y, en tu muerte, hará brotar su eternidad”.

¿Qué dice la Iglesia Primitiva?

En las catacumbas

     En las catacumbas antiguas de Roma donde enterraban a los primeros mártires cristianos, leemos las inscripciones sobre las tumbas de los niños fallecidos. Una de ellas dice, “Aquí descansa Arquilla, recién bautizada; tenía un año y cinco meses cuando falleció el día 23 de febrero“.

Entre otros epitafios encontrados encontramos lo siguientes:

  • “149. Nacido con el nombre de Pascasio Severo el jueves de Pascua, día anterior a las nonas de abril… quien vivió seis años, recibió la gracia el 11 de las calendas de mayo y depuso sus albas bautismales en el sepulcro la octava de Pascua.
  • “151. Aquí está puesta Veneriosa, recién bautizada, que vivió seis años, finó el 8 de las idus de agosto.
  • “152. A Domisio inocente, recién bautizado, que vivió tres años, treinta días”.

¿Tenemos que ser bautizados por inmersión?

     Hemos visto que el bautismo de Jesús en el río Jordán por Juan Bautista no es el modelo para nosotros, pero los hermanos lo apuntan para justificar que el nuestro tiene que ser por inmersión. Algunos dicen que debe ser en un río.

      El teólogo protestante, James W. Dale escribió una obra de cinco tomos investigando el uso de la palabra baptizo (griego) en la Biblia y en la Iglesia primitiva y concluyó que el significado de la palabra indica que no se tiene que bautizar por inmersión.

     Desde el principio el bautismo por inmersión ha sido solamente una opción. También los primeros cristianos bautizaron por rociar, como dice la Didajé cuando menciona que los seguidores de Cristo bautizaban no sólo por inmersión sino por rociar la cabeza: Acerca del bautismo, bautizad de esta manera: Dichas con anterioridad todas estas cosas bautizad en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo en agua viva. Si no tienes agua viva, bautiza con otra agua; si no puedes hacerlo con agua fría, hazlo con caliente. Si no tuvieres una ni otra, derrama agua en la cabeza tres veces en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Didajé, año 60 – 90 d.C. 7:1-3) (6).

     Hubo un tiempo en que los presbiterianos bautizaban por rociar el agua, igual el fundador de los bautistas, Roger Williams. Se bautizó a sí mismo en 1639 por no encontrar, según él, a nadie con la autoridad de bautizar.

     Hechos 2, 41 dice que más de 3000 personas fueron bautizadas en Jerusalén, allí donde no hay río y el agua era escasa. Sería ilegal sumergir a 3000 mil personas en el pozo público de donde se sacaba el agua para tomar ¿Es lógico concluir que fueron bautizadas por inmersión?

     Hablamos del carcelero que fue bautizado en la noche (Hch 16, 33). Es difícil creer que hubieran caminado hasta el río para ser bautizados porque era peligroso salir después de la puesta del sol. No había policías ni luces para las calles.

     Obligar al bautismo por inmersión nos hace pensar en algunos lugares difíciles como el Polo Norte donde todo está congelado, y en personas paralizadas que no pueden levantarse de la cama. Si el bautismo es tan importante, como dice Jesús (Mc 16, 16) ¿por qué hacerlo tan difícil? No todos los hermanos que insisten en que éste sea por inmersión, utilizando el bautismo de Jesús en el río como modelo, son consistentes en su creencia porque bautizan a sus conversos en albercas y piscinas donde el agua no corre como en un río. Si tenemos que ser absolutamente fieles a este modelo tendríamos que esperar hasta los 30 años, bautizarnos en el río Jordán, no hacerlo en el nombre de la Trinidad, y vestirnos como Jesús y Juan (quién sería el modelo para el pastor que bautiza).

     Los hermanos citan Hechos 8, 39 de Felipe y el etíope eunuco: descendieron ambos al agua… le bautizó. Cuando subieron del agua… Pero “descender al agua” y “subir del agua” no necesariamente implica inmersión total. Podría implicar que estuvieron en al agua hasta la rodilla, o la cintura, y que Felipe (o en el caso del bautismo de Jesús, Juan) le echó agua en la cabeza. Luego, subieron del agua. El bautismo por inmersión es un buen símbolo de “morir con Cristo” pero por razones prácticas la Iglesia no lo obliga universalmente.

¿Qué Dijo la Iglesia Primitiva?

1) Nacer de nuevo por agua y Espíritu

Como interpretar Jn 3, 5:

     Muchos hermanos dicen que el bautismo es solamente un símbolo. Niegan que Jesús hablaba del bautismo en Jn 3, 5. “El agua”, dicen ellos, es la palabra de Dios. Si miramos a lo que los primeros cristianos decían en cuanto a este versículo, todos están de acuerdo que se refiere al bautismo. ES IMPOSIBLE ENCONTRAR algún Padre de la Iglesia que diga que Jn 3, 5 se refiere a otra cosa .

  • Justino Mártir: Primera Apología, 61.
  • IreneoFragmento, 34.
  • TertulianoSobre el Bautismo, 12:1.
  • Recognitiones Clementinas, (221 d. C.), 6:9.
  • Cipriano: Cartas, 71 (72):1.
  • Séptimo Concilio de Cártago (año 256 d.C.).
  • Cirilo de Jerusalén (350): Lecturas Catequéticas, 3:4.

2) Sobre la existencia del Pecado Original

  • HermasEl Pastor, 9:16:2.
  • Teófilo de Antioquía (181): A Autólico, 2:25.
  • Ireneo (180-190): Contra las herejías, 3:23:2 y 5:16:3.
  • Tertuliano (199): Del alma, 3:2 y Contra de Marción,5:9:5.
  • OrígenesComentarios sobre Romanos, 5:9 y Homilías sobre Jeremías, 8:1.

3) El bautismo salva y regenera

  • HermasEl Pastor, 4:3:1-2 y 9:16:2-4.(III, 7): las aguas del bautismo nos salvan. (IV, 3): Bajamos al agua por nuestros pecados.
  • Epístola de Bernabé (70), 11:1-10.
  • Justino Mártir (entre 148- 155), Apología, 61:14-17.(I, 61): “Obtenemos en el agua el perdón de nuestros pecados. Somos regenerados. El lavamiento se llama iluminación” (PHOTISMOS en griego). (66): El bautizar es ser lavados para remisión de los pecados.
  • Teófilo (181), A Autólico, 12:16.
  • Tertuliano (200-206): El Bautismo, 1:1, 5:6 y 7:2.
  • Clemente de Alejandría (200), El Pedagogo, 1:6:26:1,
  • Orígenes (245): Homilías sobre Números, 7:2.Comentarios sobre Romanos, 5:9.
  • Cipriano (246): A Donato, 4.
  • Afraates (336-345): Tratados, 6:14:4.
  • Cirilo de Jerusalén (350): Lecturas Catequéticas, 3:10:12.

     La doctrina actual de la Iglesia dice que mientras es normativamente necesario ser un católico para ser salvo, es posible en algunas circunstancias que sean salvas las personas que no han sido iniciados completamente en la Iglesia católica, éstos por el bautismo de deseo o bautismo de sangre (recuerda que ninguno es un bautismo sacramental). La Iglesia primitiva decía lo mismo::

  • Ignacio (107): Carta a los Filadelfos, 3:3-4:1.
  • Justino Mártir (151): Primera Apología, 46.
  • Teófilo de Antioquía (180): A Autólico.
  • Ireneo (189): Contra de las Herejías, 3:24:1
  • Tertuliano (203): Sobre el Bautismo, 16:1.
  • Clemente de Alejandría (209): Stromata, 1:5.
  • Orígenes (248): Contra Celso, 4:7 y Homilías sobre Josué, 3:5.
  • Cipriano (249-255): Cartas, 61 (4):4 y 51 (55):24 y Sobre la Unidad de la Iglesia Católica, 6. Cartas 72 (73):21-22.
  • Lactantio (307): Institutos Divinos, 4:30:11-13.
  • Cirilo de Jerusalén (350): Lecturas Catequetas, 3:10.

4) Bautizar a los niños

  • Ireneo (180): Contra las herejías, 2:22:4.
  • Hipolito (215): La Tradición Apostólica, 21:16.
  • Orígenes (244): Homilías sobre Levítico, 8:3 y Comentarios sobre romanos , 5:9.
  • Cipriano (251): Carta a Fido, 64:2 y 64:5.
  • Concilio de Cártago: Condena posponer el bautismo.
  • Orígenes: Comentarios sobre Romanos, 5:9, La Iglesia recibió de los Apóstoles la tradición de bautizar a los niños.

5) Como bautizar

La Iglesia primitiva admitía tres maneras de bautizarse: inmersión, rociar y vertir el agua

  • Didajé (7): “Bautizar de esta manera: En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo en agua corriente. Si no tienes agua corriente, derrama tres veces agua sobre la cabeza“.
  • Hipólito (215): La Tradición Apostólica, 21.
  • Orígenes (250): Comentario sobre Romanos, 5:8-9.
  • Cornelio I (251): Carta a Fabio de Antioquía, 6:43.
  • Cipriano (254): Carta a un cierto Magno 69 (76):12 y Carta a Jubiano 73:18.

Autor: Daniel Gagnon, Redimir

Notas

  1. Religión o Cristo, M. R. DE HANN, Las Américas, Puebla, México, tercera edición,1990, p. 42. Este libro se contradice sobre el tema de la religión. Primero nos hace entender que “religión” es mala (como expresa el título), y que cada vez que se menciona la palabra religión en la Biblia está asociada con obras que son malas también (p. 5). Luego habla de la “religión pura” de Abel que es buena (p. 28). ¿Son todas las religiones malas entonces? Después vuelve al tema de religión como algo malo: “¿Qué tiene usted hoy, RELIGIÓN O CRISTO? ¿Puede ustede decir, SÉ QUE ESTOY SALVO? Si no es así, entonces, olvide sus afanes religiosos…” (p. 36). ¡Qué pasó con la religión pura de Abel entonces!
  2. ¡No encontramos estas palabras en Juan 3, 3-5!
  3. El famoso erudito bíblico protestante A. T. Robertson admitió que Hch 2, 38 puede significar regeneración para remisión de los pecados.Ver Word Pictures in the New Testament, Tenn, Broadman Press, 1932, 3:391-92 citado en The King’s Highway, p. 165 por Ken Guindon, (ex pastor bautista ahora católico). También ver The Interpretatión of Acts of the Apostoles por el luterano R.C.H. Lenski (Augsburg Publishing House, 1961), p. 909
  4. ¡Conozco un ex-pastor bautista que fue bautizado cuatro veces!
  5. Citado enGuía de las Dificultades de la Fe Católica, PIERRE DESCOUVEMONT, Edit. DDB, España, 1992, p. 546. Es interesante saber que algunos evangélicos hacen cosas que no están en la Biblia como por e. j: el “llamamiento al altar” y “la oración del pecador que salva para siempre”. No encontramos esta oración en la Palabra de Dios.
  6. No. 13 Año 1311 D.C. EL BAUTISMO. En el Concilio de Ravena, fue sustituido el Bautismo verdadero de inmersión, por el de Infusión o Ablución“.Pequeña Recopilación de Estudios Bíblicos Elementales. Un manual hecho por la Iglesia La Luz del Mundo para los obreros evangelistas.

     La fórmula trinitaria para bautizar “Padre, Hijo y Espíritu Santo” que la Didajé menciona (escrito de tiempos del Apóstol Juan) demuestra claramente que La Luz del Mundo NO ES LA RESTAURACIÓN DE LA IGLESIA PRIMITIVA porque ellos bautizan solamente en el nombre de Jesús. Lo que el hermano Aarón recibió se supone por revelación. (Aunque tenemos prueba que no hubo tal revelación. Ver el libro Cuando la Luz Obscurece). Algunos pentecostales bautizan solamente “en el nombre del Señor” porque dicen que “padre, hijo, espíritu santo” son solamente títulos y no nombres. Compara Juan (16, 23-24) con Mt 6, 9 (y Lc 11, 2). Jesús nos invita a orar en su nombre pero actualmente enseña el padrenuestro. Entonces si oramos en la manera que Jesús nos enseñó no estamos rezando sólo “en el nombre de Él”.

Del libro No todo el que dice Señor Señor
Paulinas, 2a ed., México
© Daniel Gagnon
Version internet: Carlos Alberto Jardón

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